Ayer mientras manejaba mi auto por las
frías calles de la ciudad, escuchaba la canción el fantasma de Canterville, del
cantautor argentino León Gieco, aunque esta cancion fue compuesta por Charly Garcia, de pronto se me vino a mi memoria este clásico
de la literatura universal, escrito por el famoso irlandés
Oscar Wilde, este excepcional cuento nos relata la historia de un fantasma que
vive atormentando a los habitantes de un viejo castillo ingles, de finales del
siglo XIX. El fantasma era familia de los propietarios del castillo, los
Canterville, y estaba allí por haber matado a su esposa en un ataque de celos, hace
300 años, luego de lo cual los hermanos de su mujer lo dejaron atrapado en un
cuarto sin comida, ni bebida, muriendo de hambre, encadenado a su cama.
El Marqués de
Canterville se ve obligado a vender el Castillo a una ilusa
familia americana conformada por el embajador Hiram Otis, su esposa Lucrecia,su hijo mayor Washington;la rubia Virgina y los gemelos Estrellas y Bandas, los mismos que pese a las advertencias del propio
Marqués, de que se trataba de una propiedad embrujada, donde habitaba el fantasma
de Sir Simón de Canterville, a esta familia no les importo y decidieron
comprar el castillo inglés.
Una vez instalados en el castillo,
descubren con desagrado una mancha de sangre, que mandan inmediatamente a limpiar
(pese a ello la mancha aparecerá repetidamente cada mañana) y esa misma noche,
el espectro hace una de sus primeras apariciónes disponiéndose asustar a los
nuevos inquilinos para obligarlos a abandonar el castillo. La
impasividad con que toman al fantasma la familia Otis indigna al mismo, ya que estos ni se inmutan, el comportamiento de
la familia con el fantasma era de burla. Incluso Mister Otis decidió
darle un
lubricante para que no hiciera ruido con las cadenas que arrastraba, los traviesos gemelos le lanzaban almohadas, lo que provoco que el fantasma comenzase a deprimirse, convirtiendolo en una especie de juguete para los
habitantes del Castillo, quienes no dudaban en burlarse de él, haciéndole bromas de mal
gusto; este tllego a tenerles tanto miedo a los pequeños por las frecuentes bromas que le hacian, que casi
no salía de su retiro. Lleno de ira el fantasma preparo su venganza,
pero sus continuos planes siempre fracasaban ante la sangre fría de la familia., debemos aclarar que la niña Virginia nunca
participo en ninguna de las bromas que le hacia la familia.
Un
día el fantasma, que no encontraba solución a su problema, fue a la biblioteca
del Castillo y cuando llegó vio a la bella Virginia y este le empezo a contar su hiistoria, le dijo que el pertenecía a la familia Canterville y que su alma
solo tendría descanso cuando se cumpliera la profecía que aparecía en la
ventana de la biblioteca, esto significaba que Virginia tenía que llorar por
los pecados del fantasma y orar con él por su alma y así el fantasma de la
muerte se apiadaría de él y podria descansar para siempre. Virginia aceptó ayudar al fantasma, este la llevó hasta una pared de la
habitación que se esfumó y se convirtió en una gran nube negra que atravesaron
volviéndose a cerrar de nuevo la pared.
Cuando Virginia desapareció. La familia pensaba que
la niña había ido a coger flores y, cuando llegó la hora de cenar y no apareció,
decidieron ir a buscarla. Sus padres no
encontraban a su hija pero cuando salieron del comedor y sonaron las 12 en el
reloj, se oyó un grito y un trueno terrible que movió el castillo. Un lienzo de
pared se desplomó y de él apareció Virginia muy pálida con un cofre en sus
manos lleno de hermosas joyas. Virginia se dirigió al aposento del fantasma
donde sólo encontró un viejo esqueleto, se arrodilló junto a él y empezó a
rezar. Entonces uno de los mellizos gritó que el almendro había florecido y
Virginia comprendió que Dios había perdonado al fantasma, por fin podía descansar en paz. Definitivamente
es una divertida y muy recomendable historia, no dejen de leerla, y para que no se queden picados con la historia,les invito a
que la lean completa.
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