CATACUMBAS DE PARIS
Las Catacumbas de París, también conocidas
como (canteras de París), son cementerios subterráneos donde se encuentran
restos humanos de distintas épocas. En un inicio estos túneles sirvieron como canteras de piedra caliza para construir gran parte
de los monumentos y edificaciones que se pueden visitar en la actualidad. En
1786, para combatir las epidemias
y enfermedades que asolaban a la población se decidió trasladar los cadáveres y
huesos de distintos cementerios de la ciudad a las catacumbas.
De los 300 kilómetros de catacumbas que hay
excavados, actualmente pueden visitarse sólo una pequeña parte. Aunque la
visita a las catacumbas es algo "escalofriante", resulta curioso contemplar los infinitos
huesos humanos y calaveras agrupados formando extensas construcciones. Victor Hugo las inmortalizó
en su novela Los Miserables,
en cambio los miembros de la Resistencia Francesa usaron los túneles para sus
operaciones e incluso los alemanes establecieron un bunker subterráneo en las
catacumbas durante la Segunda Guerra Mundial.
Muchos
visitantes afirman sentir cosas extrañas cuando han estado en las catacumbas, como que estaban siendo observados y en algunos casos tocados por
alguna fuerza extraña.
Otros afirman haber visto sombras en las profundidades de las catacumbas. Posiblemente, la alteración de todas aquellas almas que se
encuentran en las catacumbas ha dejado a los espíritus de estos individuos
vagando por los subterráneos.
Es
por esto que las catacumbas son consideradas como uno de los lugares más tenebrosos del mundo.
LA ISLA DE LAS MUÑECAS
Un
destino turístico famoso es la Isla de la Muñecas. Este curioso lugar se
encuentra en Xochimilco - México, y es un sitio bastante extraño y tenebroso,
contrariamente a lo que su nombre aparenta. En
realidad no es un mundo hermoso lleno de muñecas para niñas, sino todo lo
contrario, un lugar con miles de muñecas mutiladas horribles colgando de los
árboles de la isla.
Lo
que vemos en esta isla es creación de Julian Santana, un hombre que renunció a
su vida para pasar varios años coleccionando muñecas rotas de la basura, para
luego colgarlas en los árboles de la isla. Este personaje fue un tipo humilde y
retraído. Todos los días bajaba al pueblo con su carretilla para vender lo que
plantaba en su pequeña isla.
Su
sobrino Anastasio relató, que su tío llenó la isla de muñecas por cuanto este
era victima de constantes sustos por parte del espíritu
de una joven que murió ahogada frente a su chinampa (huerto flotante en una
laguna), manifestaba que se oían voces, pasos y lamentos de una mujer, por lo que se le ocurrió protegerse con muñecas. De
manera sorprendente cuenta Anastasio, que Julián murió en el mismo lugar que la
ahogada. Ese día, a principios de Abril de 2001, el anciano se acercó al canal
para pescar, mientras le comentaba a su sobrino que una sirena se lo quería
llevar, pero él le iba a cantar para que no lo hiciera. Su sobrino se fue a ver
las vacas y cuando regresó, ya no había nada qué hacer: Julián había muerto de
un infarto y había caído al canal.
En
este lugar se construyeron tres cabañas para el Museo Tradicional, donde
estarán los recuerdos de Julián Santana y sus inseparables muñecas, que ha
heredado su sobrino Anastasio Santana Velásquez.
La isla se puede visitar a
cualquier hora del día, está ubicada en la laguna de Tezhuilo. Pero
sin duda el recorrido por el área es mucho más impresionante en las noches de luna
llena, porque es una zona donde no hay luz eléctrica.
EL BOSQUE DE LOS SUICIDIOS
Uno de los más
impresionantes lugares que tiene Japón, es el monte Fuji, una montaña de 3776 metros,
considerada sagrada desde la antigüedad, quizás la conocen o la oyeron
mencionar por ser es el pico más alto de todo Japón, pero hay un lugar a sus
pies que es mas visitado que la propia montaña, es el bosque de Aokigahara, también
conocido como (bosque de los suicidios), ocupa mas de 3.000 hectáreas.
Allí
decenas de personas buscan anualmente su suelo con el único objetivo de acabar
con sus vidas, convirtiéndose en uno de los lugares más misteriosos y
enigmáticos de Japón. Se dice que
recorrer sus caminos da escalofríos, miles de cadáveres aparecen de pronto ante
la vista del visitante ya sea esparcido de manera desordenada por toda la
superficie o en el peor de los casos, colgando de las ramas de los árboles.
Las imagenes resultan verdaderamente impactantes para quien no esté
preparado a verlas, no solo por la condición de los cuerpos, que muchos han
sido descompuestos en la intemperie, sino por la cantidad de ellos, según
estadísticas policiales anualmente cerca de cien personas deciden acabar con su
vida en este lugar.
La explicación parece ser
que las personas eligen este lugar porque le sale mucho más barato a la familia
del suicida el matarse en el bosque que suicidándose en la ciudad. En Japón, el
suicidio no sólo conlleva a la perdida económica de la familia en cuanto a los
gastos de sepelio, sino que además de esos gastos, la familia deberá afrontar
muchos otros ligados a la ciudad, por ejemplo, si el suicida decide matarse
lanzándose a las vías del tren de su distrito, la familia,
deberá pagar a la compañía de tren el costo por el peligro al que estuvo
expuesto y al tiempo o cualquier otro daño material producido. Esto mismo
ocurre con cualquiera que se quiera lanzar de un edificio, puente, etc.
Sea como fuere, las
historias que se tejen sobre el bosque de los suicidas al parecer no llaman
tanto la atención de los japoneses como podría uno imaginarse, y es que en este
país, el suicidio, a diferencia de la percepción occidental, no es considerado
un acto de cobardía y pecaminoso sino muchas veces, este acto está más bien
ligado con el honor, la moral y la valentía.
La ciudad Fantasma en Chernobyl
La
explosión del cuarto reactor de su central nuclear el 26 de abril de 1986
convirtió a esta en una ciudad fantasma al norte de Ucrania. Muchos de sus
habitantes murieron, entre otras enfermedades, de cáncer, y muchas generaciones
posteriores nacieron y nacen con malformaciones psíquicas y físicas que han
alimentado la leyenda negra de Chernobyl. Los niveles de radiación son
extremadamente altos, y la gente que trabaja en la central para controlar que
no haya más escapes padecen de enfermedades y malformaciones.
El accidente nuclear ocurrió durante la noche del 25 al
26 de abril de 1986, cuando los técnicos de la central efectuaban
pruebas con un sistema eléctrico de control de uno de los reactores.
El
accidente se desencadenó por una combinación de defectos de diseño del reactor y negligencia por parte de los operadores, se habían desconectado los mecanismos
de seguridad y el reactor funcionaba en condiciones inadecuadas e inestables,
una situación que propició una subida de potencia imposible de controlar. Esto
condujo una serie de explosiones e incendios que destruyeron por completo el
reactor, ocasionaron grandes daños al edificio y provocaron la emisión al medio ambiente de enormes cantidades de material radiactivo
durante diez días. Se estima que la cantidad de material radiactivo liberado fue 200
veces superior al de las explosiones de Hiroshima y Nagasaki.
Pripyat, es la
ciudad fantasma al norte de Ucrania, cercana a Chernobyl. Fue fundada en 1970
para dar hogar a la familia de los trabajadores de la central nuclear. Debido a
su estratégica posición geográfica en un clima relativamente templado y un
suelo muy fértil, la ciudad comenzó a desarrollarse, convirtiéndose en una de
las zonas más agradables para vivir.
Tenía alrededor de 50.000 habitantes y fue
evacuada en menos de tres horas por el ejército ruso, la mayoría de los
habitantes fueron desalojados de sus casas contra su voluntad, y los animales
domésticos y de ganado fueron sacrificados, luego de sufrir el peor accidente
de la historia de la energía nuclear cuando se produjo el sobrecalentamiento y
explosión del reactor número 4 de la planta nuclear de Chernobyl. Actualmente
no tiene ningún habitante, más que investigadores, científicos y fuerzas de
seguridad que custodian la zona de exclusión.
LA CASA ENCANTADA DE AMITYVILLE
Esta
es probablemente una de las casas encantadas más conocidas en todo el mundo,
famosa por la gran repercusión mediática. En ella tuvo lugar un terrible
acontecimiento que marcó a la vivienda y a la familia que vivió en ella. Amityville
es conocida por el trágico suceso de la familia DeFeo. Esta historia tiene como
escenario la casa ubicada en el 112 de Ocean Avenue, en Amityville, Nueva York,
cuando el 13 de noviembre de 1974, a las 03:15 de la madrugada, Ronald DeFeo de
tan solo 17 años, asesinó a sangre fría a sus padres y a sus cuatro hermanos,
con un rifle.
Ronald
DeFeo Jr., era el hijo mayor de la familia. De niño siempre tuvo un
comportamiento explosivo, agresivo y un tanto solitario, lo que desembocaría en
una pésima relación con su padre, quien se caracterizaba por tener también un
temperamento violento y muy severo. Mientras estudiaba llegó a liderar un grupo de violentos vándalos. En esa época
tomaba LSD y también coqueteaba peligrosamente con la heroína. Visitó a varios
psicólogos y psiquiatras que no consiguieron ayudarlo, pues mantenía esa
conducta violenta delante de los propios médicos.
Fueron muchos los problemas de Ronald durante su adolescencia. Mientras tanto
el matrimonio DeFeo seguía teniendo fuertes discusiones y en una ocasión
Ronald, harto de presenciarlas, se dirigió a la sala con una escopeta en las
manos y apuntó a su padre. Le gritó que abandonara de una vez a su madre y le
aseguró que le iba a hacer pagar por sus malos tratos. Luego disparó, pero el
gatillo se trabó y el incidente no pasó a mayores.
En su evidente locura y sumido en las drogas, Ronald comenzó a realizar
sacrificios satánicos en el sótano de la casa, en el cuarto secreto detrás de
la alacena: mataba perros y cerdos y pintaba con su sangre las paredes pidiendo
dinero y poder. El 13 de noviembre de 1974, Ronald DeFeo llevó a cabo lo que llevaba tiempo
planeando, aunque luego declararía que aquello fue una “orden” porque escuchaba
voces que le decían que tenía que hacerlo. Drogó a toda su familia para que no
se despertaran. Ni siquiera se acostó, sólo se tumbó sobre la cama. Esperó a
las 3:15 de la madrugada; llegada la hora, se levantó y cogió un rifle de caza
de los muchos que tenía en su habitación, pues era aficionado a la cacería.
Ronald entró primero en la habitación de sus padres y les disparó en la cabeza.
Tenía cuatro hermanos, dos niñas y dos niños. Los niños dormían en la misma
habitación; la niña, Allison, de trece años, lo hacía en la misma planta que
sus padres, pero la dejó para más adelante. Ella fue la única persona que se
despertó cuando escuchó los disparos. Ronald descubriría que fue la única que
no probó el primer plato de la cena, donde roció los somníferos. Pero esto no
le valió: la mató igualmente, pero antes la llevó hasta su cama.
Después los
tapó con una manta, los puso como si estuvieran durmiendo boca abajo y con los
brazos bajo la cabeza, cruzados. Limpió parte de la sangre de las paredes, tomó
un baño, se vistió con calma y camino al trabajo, desechó las pruebas cruciales
como la ropa manchada de sangre, el rifle y los cartuchos.Posteriormente
salió en la mañana y al regresar a su casa con un amigo; entraron y Ronald
fingió horrorizarse al ver lo ocurrido. Regresaron al bar, donde entró
vociferando que habían matado a su familia.
Luego
las investigaciones comenzaron a arrojar resultados asombrosos, después de
largos interrogatorios, la policía consiguió la confesión, y el joven fue
condenado a 25 años de prisión.
Un año
después del juicio contra Ronald, una nueva familia se mudó a esta casa de
Ocean Avenue: los Lutz. Después de pagar US $80.000 por ella, la familia dijo
que vivió unos 28 días en compañía de fenómenos paranormales que pusieron en
peligro su vida. Asustados, huyeron sin sus pertenencias para nunca más volver.
Desde
el primer momento en que ocuparon la casa, el matrimonio y sus hijas pequeñas
sintieron una presencia sobrenatural, que se iba haciendo más fuerte cada día.
Al principio, se escuchaban ruidos extraños a lo largo del día; luego,
comenzaron a aparecer manchas en las paredes y malos olores sin motivo
aparente, y las puertas y ventanas se abrían solas.
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Familia Lutz |
Desde los
Lutz, la casa ha ido pasando de dueño en dueño y ninguno de ellos ha confesado
haber vivido nada parecido. Por esto, la veracidad de la historia se ha puesto
en duda sin impedir que se considere al edificio como una de las casas
embrujadas más populares de Estados Unidos. Ronald DeFeo, todavía sigue vivo y se
encuentra recluido en la cárcel de Nueva York. Kathy Lutz falleció en el año
2004 y George Lutz en el 2006, ambos por causas naturales.
Estos sucesos inspiraron a Jay Anson a escribir el libro The
Amityville Horror: A True Story, mientras que han servido como inspiración para numerosos
largometrajes.