Había una
vez, un matrimonio que tenía tres hijos, David, Jose y Ariel,
pasó el
tiempo y los hijos crecieron y formaron sus propias familias,
el
matrimonio se quedo solo, con su casa grande y vacia,
pero con
la felicidad de haber formado a sus tres hijos.
Llego un
día triste, la esposa enfermo gravemente y murió,
el hombre
se había quedado solo en su casa.
Paso el
tiempo y sus hijos se fueron alejando de él,
Pues tenían
sus propias ocupaciones, sus negocios
que atender,
sus
hogares, en fin, ya no tenían tiempo de visitar a su padre.
En muy
pocas ocasiones lo visitaban,
Normalmente
cuando nacía un nuevo nieto,
Siguió
pasando el tiempo y los nietos frecuentaban a su abuelo,
Para que
les contara sus vivencias y experiencias de la vida.
El abuelo
disfrutaba mucho de esos momentos, pero de igual forma
Los nietos
crecieron y ya no visitaban al abuelo enfermo y aburrido.
El viejo
se sentía muy solo y tenía mucho miedo de morir en soledad.
Un día pensó
“voy a morir solo y viejo y eso no es lo que yo quiero”
Así que
se le ocurrió algo para que esto no suceda.
Saco del sótano
de su casa , un viejo baúl que tenia guardado,
Lo limpio
y llamo a sus tres hijos con todos sus nietos y les dijo:
Estoy
viejo y pronto moriré, por tal razón les he reunido para decirles
Que en
este baúl esta la herencia que les voy a dejar,
todavía
no se como la voy a repartir, pero quiero que sepan
que es
algo muy valioso e importante.
Desde
aquel momento todos sus hijos y nietos empezaron a visitarlo,
Casi todos
los días le acompañaba uno de sus hijos o nietos,
Lo cuidaban
y mimaban, la casa estaba llena de gente y de alegría.
Había especialmente
uno de sus nietos que se hizo consentido del abuelo,
Porque este
era muy cariñoso con él, pero lamentablemente,
solo era
por la ambición de la herencia que el abuelo les había dicho.
Al poco
tiempo el abuelo enfermo y un día antes de su muerte,
El abuelo
lleno el baúl con la herencia que pensaba dejarles,
Entonces los
convoco a todos sus hijos y nietos,
informándoles que les daría la herencia que les tocaba.
informándoles que les daría la herencia que les tocaba.
Todos se apresuraron
para ir a la casa del abuelo,
cuando
llegaron, encontraron al viejo muerto,
fueron
corriendo a ver el baúl y no podían cargarlo,
porque este pesaba mucho,
al
moverlo sonaba como si tuviera muchas joyas o monedas,
con
trabajo lograron sacarlo hasta la sala de la casa,
lugar
donde podrían abrirlo.
Cual fue
su sorpresa que encontraron solo botellas de vidrio rotas
Y una
carta que decía:
Queridos
hijos, les pido perdón por haber llegado a esto,
Pero Ustedes
me obligaron, mi miedo era morir solo y abandonado,
Y no tuve
más remedio que mentirles, pero les quiero dar infinitas gracias
Por estos
tres últimos años de mi vida, han sido los más bellos de mi existencia,
disfrute mucho
de Ustedes y de mis adorados nietos,
ahora ya
puedo morir tranquilo y feliz, aunque un poco triste por mi mentira,
Los quiero
a todos y cada uno y la herencia que les dejo es mi amor para todos ustedes.
Queridos
amigos esta historia nos deja como moraleja que no debemos olvidarnos de
nuestros padres y seres queridos, una simple llamada, una visita, un te quiero,
es muchas veces más de lo que ellos pueden esperar, disfrútalos ahora que están
vivos y recuerda que en algún momento tu también llegaras a ser viejo y lo que
uno siembra se cosecha.
Hasta pronto amigos, espero les haya gustado.
Hasta pronto amigos, espero les haya gustado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario